Friday, October 21, 2005

MIS ESTADOS ALTERADOS

La persona que de verdad me conozca, que me haya visto en charlas distantes, que haya escuchado por más de 900 segundos mi discurso y haya intercambiado por más de media hora palabras, puede dar fe de que soy un ser absolutamente variable.

No sé si sea bueno o malo... sólo soy yo. Y esa alteración de mis estados es y será eterna.

Este Rock al Parque fue en realidad mi primero y más que recuerdos, dejó puertas abiertas: abiertas al total goce sensorial de la vitalidad que es la música, a las bien sabidas responsabilidades, a los evidentes (y más que necesarios) cambios y a la esperada, pero incierta llegada del futuro.

Dos cosas claves: primero, que, sin importar edad, forma, color ni acento (porque, sin dudar, son dos en uno... en mí) definitivamente "te veré al cerrar mis ojos".

Segundo: la llave más importante para abrir las puertas:

"Ayer me dijo un ave que volara
por donde no hay ardor;
que lo sufrido no resucita en sueños
y en rezos, nunca murió.

Que saque el aire de mis ojos,
que abrace al miedo con tus sueños,
que sea un guerrero de sangre
para que nadie te haga daño.

Ayer me dijo un ave que volara
hasta desintegrarme;
que la distancia no es cansancio,
es fuerza, eres tú

Que saque el aire de mis ojos,
que abrace al miedo con tus sueños,
que sea un guerrero de sangre,
para que nadie te haga daño".

¡GRACIAS SAÚL, POR HACER QUE VUELE Y PERMITIR QUE MI SER VENGA CONMIGO!

4 comments:

El Chico de la Tapa said...

eso vino siendo como una declaración de amor al mechudo ese? jajajajaja. Un besito mi Coop

Carito Montealegre said...

Pues mi Chico... ¿qué te puedo decir?
El maldito tocó muchas hebras de pasado, presente y futuro. Y de verdad que por los minutos en que soltó esas palabras, lo amé muchísimo.
Otro besito pa' vos!

Mal Ladrón said...

Ah, yo pensé que este blog había muerto. Pero por aquí ando de nuevo. Lo mejor del tipo, más que sus canciones, fue lo que decía entre ellas. ¿O será por mi estado de ese día? Bueno, es que con Trivi al lado...

Carito Montealegre said...

Pues creo que es parte y parte, ladronzuelo... Por un lado, el inevitable regreso a la a-dolescencia (bien doliente ella) con tantas conocidas letras y melodías; por el otro, lo alterado de los estados, ya fuera por lo alto de los bajos y el retumbar del Simoncho o por la influencia de aquellas que se rehúsan a irse para hacer ver diferentes la realidad.
Gracias por venir...